Cómplices y víctimas en tiempo de descuento
Cómplices y víctimas. Espectadores aletargados. Consumidores noqueados por cortinas de humo y, sin embargo, con todo el poder en nuestras manos. Con la capacidad de decir basta por estrenar. El tiempo del planeta es, seguramente, el tiempo de la ciudadanía.
Los gobiernos se llenan la boca de palabras falsas, hablan de estrategias frente al cambio climático, de responsabilidad social…porque es lo políticamente correcto, mientras mantienen y engordan el mismo sistema de avaricia desmedida que, cual fatal diagnóstico médico, es incompatible con la vida.
Los análisis del problema están hechos. Según informes de la ONU, en los próximos treinta años el número de personas que va a necesitar refugio a causa del cambio climático puede oscilar entre 250 y 1000 millones. La mayoría serán desplazamientos dentro de su propio territorio y unos pocos, los afortunados que tengan más recursos, podrán intentar cambiar de país. Pese a estas cifras, ningún gobierno ha reconocido todavía el Derecho a Refugio por Cambio Climático. Bien es cierto que tampoco sorprende, a la luz de lo que el primer mundo hace con los miles de refugiados que por otras muchas causas (guerras, hambruna, desastres naturales, persecuciones…) llaman a sus puertas. Pese a que lo hagan amparados en un Derecho Internacional sí establecido y reconocido, que todos los gobiernos violan, incumplen y aniquilan.
Por eso iniciativas como Acampa, pola paz e o dereito ao refuxio tienen razón de ser. Los ciudadanos podemos hacer mucho más que juntar tapones, separar residuos o plantar árboles. Podemos dejar de ser cómplices. Debemos sacar los colores a ese capitalismo atroz que nos sitúa en el precipicio y nos vende edulcoradas soluciones que solo profundizan en el daño. Si los gobiernos, entregados a las grandes corporaciones trasnacionales que no tienen ni patria ni alma, no nos representan, es el momento de dejar de sostener ese juego. Como ciudadanos y como consumidores podemos forzar un cambio de modelo. Nos va la vida en ello.
Cada día oímos hablar de globalización, redondo eufemismo de un modelo económico extremadamente agresivo. En unos pocos años, una minoría tan silenciosa como poderosa, se ha ido haciendo con el control de la economía, la tecnología, la investigación, o con derechos tan vitales como la salud, la educación, el territorio, la energía o el agua…Y todo ello bajo el control férreo de la información. Sin rostro y sin conciencia, no permiten que los organismos internacionales actúen en defensa del sufrimiento que padece una gran parte de la humanidad olvidada. Se podrían escribir sesudos estudios o tesis doctorales, pero ninguno de estos análisis haría un diagnóstico más descarnado y exacto que aquella frase corta del ex gerente del FMI y ex vicepresidente del gobierno español, Rodrigo Rato: “Es el mercado, amigo”.
Pues frente al mercado… amigo, CIUDADANÍA. Acampa pola paz e o dereito ao refuxio nació para trabajar en esa dirección. A Coruña acoge por segundo año consecutivo una propuesta que nos acerca a las víctimas y a los testigos incómodos de esa sinrazón. Reconstruye un simbólico campo de refugiados en el corazón mismo de la urbe, para que cualquier visitante pueda sentir, a años luz del drama, en qué condiciones viven millones de olvidados por el sistema. Y sienta en sus mesas de debate a los responsables de los colectivos que se enfrentan a diario a esa realidad, a los que salvan vidas con sus manos en el Mediterráneo o frente a cualquier alambrada. A esos que hoy, en una impúdica vuelta de tuerca más del sistema, han sido grotescamente criminalizados por un Poder al que resultan intolerables los testigos que no se dejan sobornar.
Todo suma. Palabras e imágenes. Por eso son parte de la columna vertebral de Acampa decenas de fotógrafos de incuestionable prestigio internacional que están documentando esa realidad incómoda, empeñados en mostrárnosla en gran formato. Destripada y sincera. Incompatible con la complicidad.
Acampa 2018 (14-16 de junio, en A Coruña) dará voz a protagonistas como Oscar Camps, de Proactiva Open Arms o Ernesto G. Maleno, de Caminando Fronteras. Contará con el director de ECODES, Víctor Viñuales y la investigadora del Instituto Universitario de Naciones Unidas, Valeria Bello. Transmitirá a los asistentes la visión del problema a través de los objetivos de fotógrafos como James Whitlow Delano(Every Day Climate Change), Lisa Murray, Alesandro Grassani, Juan Pablo Moreiras, Pedro Armestre, Daesung Lee, o Ariadna Silva. O acercará a quienes quieran la realidad vergonzosa que se esconde tras las vallas del campamento de refugiados de Katsikas, en Grecia, o la que sufre la población Rohinya en Myanmar.
La acogida de la Iniciativa Acampa el pasado año confirmó el acertado rumbo del proyecto. Las principales ONGs y colectivos que trabajan a pie de campo allí donde hay un éxodo de refugiados (Amnistía Internacional, Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras, AIRE, Greenpeace, Families4peace, Oxfam Intermon, Solidariedade Galega, Payasos en rebeldía…) sustentan Acampa, cuyo objetivo futuro es recorrer las principales capitales europeas y acampar en el centro de todas esas ciudades para denunciar la inacción y perversión de los gobiernos y organismos internacionales.
Es el momento de cambiar el modelo. De dejar de apostar por los combustibles fósiles y mirar al sol. A las energías renovables. De exigir como sociedad, un reparto justo y sostenible de los recursos. Basta ya de ocultarse, cómodos, tras interesadas cortinas de humo sustentadas en argumentos cortoplacistas como que pague antes el que contamina más o el que contaminó primero. Es el tiempo de la CIUDADANÍA. Y en su mano está pararlo y aprovecharlo justamente o dejarlo correr, mirar para otro lado y ver cómo se desvanece.
Nuestra propuesta, en www.acampa.eu. Toda iniciativa es bienvenida.
Xosé Abad. Fotógrafo
Coordinador de la iniciativa Acampa
pola paz e o dereito a refuxio
(A Coruña 14-16 de junio 2018)