- El movimiento Acampa pola Paz e o Dereito a Refuxio no puede más que dar unas gigantescas gracias por la respuesta de la ciudad a esta cita anual que registró una altísima participación en las actividades que integraban su intenso programa
- Las siete exposiciones que jalonan los Jardines de Méndez Núñez con imágenes sobre el expolio y sus dramáticas consecuencias, esa a las que muchas veces permanecemos ajenos cuando consumimos recursos robados a mucha distancia de nosotros, permanecerán hasta el 10 de octubre. Esas fotografías de gran formato seguirán invitando a la ciudadanía a reflexionar, a conformar una sociedad crítica capaz de exigir un cambio en la deriva del saqueo y la conculcación de los Derechos Humanos que están a sufrir muchas comunidades del planeta.
- La Red Acampa agradece a todas las organizaciones y colectivos que la integran, y también al voluntariado, su participación en el desarrollo del intenso programa que dio forma a este V Encontro Internacional y les invita a trabajar desde ya en la preparación del Encontro Internacional 2022 que versará sobre “HAMBRE Y REFUGIO”
“A Vida Negada”, el V Encontro Internacional Acampa pola Paz e o Dereito a Refuxio -que se clausuró el sábado en la ciudad- confirma que A Coruña es, como ha demostrado históricamente, una urbe abierta y sensible, defensora de los Derechos Humanos. El movimiento Acampa pola Paz no puede más que dar las gracias a la ciudadanía por tomar de su mano esta iniciativa concienciadora y consolidarla como una de las propuestas imprescindibles y referentes en la defensa de los Derechos Humanos. Esta respuesta ciudadana interpela sin duda a las administraciones que apoyan la iniciativa pero más aún a las que no, como es el caso de la Xunta de Galicia que, pese a ser el gobierno de un pueblo tan históricamente solidario como el gallego, ha dado la espalda reiteradamente a este proyecto sociocultural.
Durante estos tres días, del jueves al sábado, las actividades que integraron el intenso programa de “A Vida Negada” y que se desarrollaron en la carpa central instalada en los Jardines de Méndez Núñez despertaron muchísimo interés. Los protocolos COVID limitaron, como es lógico, los aforos y no fue excepcional que algunos ciudadanos utilizaran incluso los bancos del entorno que rodeaba la carpa para escuchar a los relatores internacionales invitados, activistas de Derechos Humanos, fotoperiodistas o líderes indígenas participantes en nuestras charlas y debates.
“La respuesta de la ciudadanía coruñesa confirma su sensibilidad hacia las realidades que desde la Red Acampa nos empeñamos en mostrar”, indicó Xosé Abad, coordinador de Acampa pola Paz. “En un momento como el actual, con los Derechos Humanos pisoteados en tantos puntos del planeta, en algunos espacios muy muy cercanos -no hay más que pensar en las devoluciones en caliente de menores en Ceuta, el abandono que la comunidad internacional ha escenificado en Afganistán, la vergüenza de los campamentos de personas refugiadas en Italia, Grecia o las Islas Canarias…- reconforta comprobar que hay una sociedad crítica dispuesta a hacer examen de conciencia, a asumir esa parte de responsabilidad individual que cada uno de nosotros tenemos frente a estas dramáticas realidades”, añadió.
Durante “A Vida Negada” la Red Acampa pola Paz acercó hasta Coruña la realidad del MST brasileño. Se trata del Movimento dos Trabalhadores Rurais sem Terra, una de las organizaciones sociales más activas y longevas de América Latina que procura tierra para los campesinos y conforma agrupaciones poblacionales autogestionadas. En la actualidad, tal y como contó su vicepresidenta, Marina dos Santos, el MST ampara bajo su paraguas a 500.000 familias -2 millones de personas- que habitan en distintos asentamientos a lo largo y ancho de todo el país.
Estos días también pudimos oír a la lideresa indígena brasileña Luana Kaingang lanzar una petición urgente de apoyo internacional para que las comunidades indígenas de su país no sean extinguidas. La persecución a la que le somete el presidente Bolsonaro y todo su gobierno, directamente implicados en el agronegocio y la deforestación de la Amazonía, ha colocado a las poblaciones indígenas en una posición límite. Necesitan recuperar sus tierras ancestrales, las que tratan no como propiedad sino como legado. Ellos son los defensores del pulmón que permite al mundo, a todos nosotros, respirar, nos recordó Luana. La carne o los muebles que consumimos están bañados de sangre indígena, denunció.
Sobrecogedor el relato de la activista internacional congoleña Julienne Lusenge, que recordó a los coruñeses que la tecnología que tanto facilita sus vidas causa muerte, violencia, violencia sexual y esclavitud infantil en su país. La República Democrática del Congo produce el 80% del cobalto del mundo. Sus tierras raras son su condena porque enriquecen a países y multinacionales y siembran de dolor y muerte las aldeas y comunidades congoleñas, sin que se beneficien lo más mínimo de esa riqueza natural que le es esquilmada.
La corresponsal de televisión Rosa María Calaf, esa voz referente de TVE que contó y explicó a los españoles la compleja realidad internacional que asomaba a sus televisores durante varias décadas, dio una vez más una lección sobre el periodismo necesario frente al ruido y la desinformación. El politólogo Carlos Taibo enfrentó al público al inevitable colapso y a la necesidad imperiosa de decrecer. Por su parte, el periodista Nicolás Castellano trajo hasta Acampa esa realidad incómoda que siembra el Mediterráneo o el Atlántico de muertos sin nombre o que sobrevive, presa, en los campos de personas refugiadas o en las calles de las ciudades fronterizas al otro lado del bunker infranqueable en que se ha convertido la vieja Europa.
Apoyo institucional
Desde la Red Acampa solo queda agradecer el apoyo institucional recibido, sin el cual hubiera sido imposible hacer realidad este V Encuentro Internacional. El Ayuntamiento coruñés, la Diputación provincial y la Universidad de A Coruña, junto con las empresas patrocinadoras y simpatizantes de la iniciativa, son quienes han hecho posible que esta propuesta reflexiva haya visto la luz una edición más.
Acampa pola Paz e o Dereito a Refuxio confía en que la sexta edición de su Encuentro Internacional pueda volver a la ciudad porque, lo que es seguro es que la realidad seguirá sumando espacios y colectivos humanos en los que los Derechos Humanos son conculcados y millones de personas seguirán buscando refugio. Y mientras eso ocurra, propuestas como la de Acampa pola Paz seguirán siendo imprescindibles.